¿Por qué Eleguá y Ozain traicionaron a Shangó? Pataki de Okana Obara
- Este Patakin nace en Okana Obara (1-6) y fue cuando Elegguá y Ozain traicionan a Shangó.
En este camino Shangó era rey y tenía un palacio en la tierra Takua y entre sus paisanos estaban el cazador Oshosi, la bella Oshún, la guerrera Obba, el padre sabio Obbatalá y los pequeños Jimaguas Ibeyis.
Elegguá no vivía en el palacio de Shangó, pero tampoco él le daba trabajo ni lo invitaba a las fiestas que él daba cada día.
Los polvos de Ozain maldicen a Shangó
El Orisha Elegguá al no tener trabajo, pasaba hambre y como tampoco Shangó le atendía, decide unirse a Ozain del monte que poseía el ashé de todas las plantas para hacer daño al rey de reyes Shangó.
Ozain con los polvos que preparaba para soplar, se los da a Elegguá para que los utilizara y soplara en la puerta del palacio de Shangó, y desde entonces cada vez que había una fiesta se armaba una tragedia.
Shangó se volvía loco pensando el porqué de lo que sucedía últimamente en el palacio, pero no imaginó nunca que pasaba algo más.
Cuando Elegguá se encontraba con Shangó en la calle se comportaba como un amigo deseable y sincero, pero la realidad era otra porque cuando Shangó se viraba Elegguá soplaba los polvos de Ozain hacia sus espaldas.
Y no solo a Shangó soplaba sus polvos, sino a todos aquellos que vivían en el palacio.
De modo que cuando esas personas llegaban al palacio de Shangó se formaba una gran revuelta. Como las querellas, broncas y tragedias seguían aumentando, muchos de sus ocupantes se fueron alejando y el rey quedó solo.
Shangó al verse en soledad se enferma, ya nadie lo iba a ver, ni se ocupaban de él, ni había grandes fiestas como en el pasado y así fue menguando su riqueza.
El Rey Shangó en la desgracia y la enfermedad
Entonces el rey decide ir a ver a Olofin el día de su santo y en el camino se encuentra a Elegguá, este le saluda y Shangó le comienza a contar su desgracia y que iría adonde Olofin.
Elegguá le dice a Shangó que Olofin no estaba en su palacio porque había tenido que salir, pero que él le aconsejaba que cuando Olofin regresara fuera a verlo y le contara su problema.
Entonces Elegguá le dice a Shangó:
Yo te iba a comentar sobre las personas que vivían y visitaban tu palacio, pero tenía dudas en que tú se lo contarás a ellos, porque eran tus amigos y paisanos, y además me consideraban malo.
¡Si supieras Shangó! de las cosas que me he enterado por tu propia familia. Hasta Olofin me contó que tú eres malo y que hoy que él sabía que era el día de tu santo, que tú lo ibas a visitar, él se iría para que no le encontrases.
Shangó salió del lado de Elegguá acongojado y muy desesperado, muchos días estuvo enfermo.
Y mientras Shangó estaba más débil, Elegguá aprovechaba y le soltaba los animales dentro del jardín para que le comieran las flores y le echaba agua caliente a los árboles frutales y a todas las plantas comestibles para que así no sirvieran.
De esta forma Elegguá dejó a Shangó en la pobreza, sin nada, en forma de castigo por el desprecio que un día el Rey le profesó.
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