El Santo Niño de Atocha es el Orisha Eleguá en la Regla de la Santería
Eleguá, el pequeño gigante de la Ocha, el mensajero, el poderoso, el primero. Es el niño travieso y el Orisha consentido del panteón yoruba, pero con poderes suficientes para ser el primero en ser atendido en cada ceremonia y el último en despedirse, simbolizando el inicio y fin de los caminos, la vida y la muerte.
Es también guerrero y protector que abrirá para nosotros la puerta de la fortuna si somos merecedores de la felicidad.
Él también nos cuidará y protegerá siempre nuestros hogares de todo mal, desde su ubicación privilegiada detrás de la puerta.
Elegguá, es el primer Orisha que se recibe y el que abre los caminos para los devotos de la Osha (santería) y usualmente se le visualiza en la figura de un niño, por lo que se le ofrendan dulces, golosinas y juguetes de todo tipo.
Sincretismo… ¿Qué día se celebra el Santo Niño de Atocha?
Por ello y debido al proceso de transculturación vivido en Cuba a partir de la etapa esclavista mediante el cual los Orishas se sincretizaron con diferentes figuras del catolicismo, Eleguá unió su culto al de un santo, visto en la imagen de un pequeño: El Santo Niño de Atocha.
En su celebración el 13 de junio, al mensajero de los dioses se le organiza una fiesta infantil con regalos, dulces, piñatas y muchos niños, y se le pide al Orisha que participe y que goce la devoción de sus hijos.
En el culto de este día de fiesta y devoción, se celebran juntos al santo y al orisha.
¿Quién es el Santo Niño de Atocha? El pequeño peregrino y su Historia
La imagen original del Santo Niño de Atocha representa a un niño vestido de peregrino del camino de Santiago. La historia de este santo niño cuenta que en Atocha, los moros tenían encarcelados a cristianos y que solo permitían que le llevaran víveres a los prisioneros los niños pequeños.
Por ello se dice que “el mismo Niño Jesús” en la imagen del Santo Niño de Atocha, decidió confortar a los prisioneros y darles de comer. Desde entonces, en las imágenes fue representado como un Niño Peregrino con una cesta de pan en una mano y un bastón en la otra.
Al Santo Niño de Atocha, se le reza en momento de dificultad. Se dice que es patrón de los mineros y se le atribuyen milagros sobre todo de liberar a aquellos que quedan atrapados o prisioneros.
La devoción al Santo Niño de Atocha se hizo fuerte luego del proceso de conquista y colonización en América, fundamentalmente en México.
Allí, en Plateros, una pequeña aldea cercana a las minas de Fresnillo, se construyó una iglesia en honor a Santo Cristo de los Plateros y también llevaron la devoción a la Virgen de Atocha, mediante una imagen española de Nuestra Señora María y su Niño Divino.
A la imagen pronto se le atribuyeron milagros y se dice que cerca de allí, varios mineros quedaron atrapados y sobrevivieron con ayuda de un menor que les llevó agua y comida.
Por ello, al Santo Niño de Atocha le rezan los devotos ante situaciones difíciles y desesperadas, pidiendo el apoyo de Jesús para sortear las graves dificultades.
Oración al Niño de Atocha para casos difíciles y urgentes, abrir caminos y pedir protección
- Veamos una de las plegarias al Santo Niño de Atocha para casos difíciles, desesperados y urgentes:
Clemente y bondadoso Infante de Atocha,
acudo ante ti para decirte lo mucho que te amo y necesito,
quiero que vuelvas tus ojos misericordiosos hacia mí
y veas la desesperación y aflicción que me embarga,
yo he hecho todo lo que está a mi alcance
pero mis problemas son graves y no he encontrado solución,
Tú que eres tan milagroso no te apartes de mí:
te pido ardientemente me envíes tu asistencia,
te pido urgente consuelo y ayuda.
Sapientísimo y Santo Niño de Atocha,
protector de todos los hombres,
amparo de los desvalidos,
y sanador Divino de cualquier enfermedad.
Poderosísimo Santo Niño:
te saludo, te alabo en este día
y te ofrezco estos rezos:
(rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias),
en memoria de la jornada que hiciste
encarnado en las purísimas e inmaculadas entrañas
de tu dulce y amabilísima Madre,
desde la ciudad santa de Jerusalén hasta Belén.
Por la fe que en ti tengo, escucha mis ruegos,
por la confianza que en ti deposito,
concédeme lo que con humildad solicito:
(pedir lo que se desea alcanzar).
Yo, que te amo sobre todas las cosas,
quiero alabarte sin cesar,
junto a los coros de Querubines y Serafines,
adornados de perfectísima sabiduría.
Espero, preciosísimo Santo Niño de Atocha,
feliz respuesta a mi súplica.
Sé que no saldré desconsolado de ti,
y que además tú me concederás una buena muerte,
para así acompañarte en el Belén de la Gloria.