¿Cómo el álamo salvó al Guerrero Shangó del Hijo de Eleguá?
Este pataki nace en el Oddun de Eyioco Osa (2-9) también conocido como Oyekun Osa, Oyekun Bikirusa y Oyekun Bikusa.
En esta historia de la religión yoruba interviene el gran Shangó, rey de reyes en la Osha, el dueño del fuego, del tambor, el que rige con su poder y ashé los rayos en la naturaleza. Su energía es inmensa, y como guerrero es un gran luchador.
En este pataki se enfrenta con astucia a un hijo de Eleguá, el orisha que es pequeño, pero a la vez gigante en energía y poder. El dueño del camino y del destino, el mensajero de los orishas que lleva cada uno de nuestros ruegos.
Siempre debemos contar con él para todo acto religioso, lo saludamos primero, lo atendemos primero, porque es Eleguá la protección primera.
Pataki del signo Oyekun Osa del enfrentamiento entre Shangó y el Hijo de Eleguá
Shangó tenía una gran guerra con el hijo de Elegguá que siempre andaba armado.
Un día estuvo Shangó desarmado y se echa a correr porque el hijo de Elegguá lo sorprende y quería matarlo.
Shangó llevaba ventaja corriendo y ve un árbol de álamo, se sube en él y se esconde entre sus ramas.
Llega el hijo de Elegguá al árbol de álamo y mira para todos lados, no ve a Shangó, queda boquiabierto y pensativo de por donde se habría escurrido tan rápido.
El Guerrero Shangó mirando que estaba entretenido se lanza sobre él quedando encima del hijo de Elegguá y con este boca abajo, logró vencer su guerra.
El sagrado árbol del álamo en la Osha:
El árbol del álamo le pertenece a Shangó en la religión yoruba, él es su dueño.
Por esto es que cuando se van a recoger las hojas de álamo para trabajos buenos estas deben estar boca arriba y para Itutos y otros trabajos malos las hojas se recogen mirando hacia abajo.