El pataki del Rey Sustituto, donde Eleguá y Oggún le ayudan a lograrlo

Este pataki yoruba del sustituto nace en el signo Iroso Ogunda (4-1).

Es una historia donde Eleguá el dueño del camino y el señor del metal Oggún, ayudan a un joven a escapar de la maldad y a convertirse en rey, justo como le marcaron desde el momento en que nació.

Historia del nuevo rey en Iroso Ogunda

Una vez en un poblado vivía un adivino, mismo lugar donde un día nació un niño.

En su nacimiento el adivino se aproximó para ver al nuevo ser y vaticinó que cuando aquel niño fuese un joven se casaría con una princesa y que además dominaría el arte de los hechizos.

¡Aquel niño sería adivino!

Pasó el rey por aquel lugar y preguntó:

¿A qué se debe tal alboroto?

Y le responden que había nacido un niño y que el adivino le había vaticinado que se casaría con la hija de un rey.

Aquel rey tenía muy malos sentimientos, y para evitar aquella predicción del adivino envió a sus soldados a llevarse al recién nacido.

Además, ordenó que lo metiesen en una caja y lo ahogaran en el río.

Los soldados cumplieron la orden del rey, pero la caja nunca se hundió y fue arrastrada río. abajo por la corriente.

Al final de su travesía la caja quedó colocada de tal manera que cerraba el paso de las aguas.

Cerca de allí vivía un molinero y al darse cuenta que su molino se detenía fue a mirar que era lo que sucedía.

Al darse cuenta que era una caja lo que hacía que su molino se detuviera la sacó del río y al abrirla cuál no sería su asombro, de ver a un niño dentro.

El molinero lo tomó entre sus brazos y se lo llevó a su mujer muy contento y la mujer al ver al recién nacido decidió adoptarlo.

Pasaron los años y ya el niño era un joven con edad para comprometerse en matrimonio.

El destino se cumplió como dijo el adivino

Casualmente pasa un día el rey por esa comarca y ve al joven.

Entonces le preguntó al molinero quién era, y este le cuenta toda la historia de cómo había llegado hasta allí.

El rey enseguida se da cuenta que era el recién nacido que él había mandado a secuestrar y matar.

Ya sabiendo el rey quién era el joven, le da una carta para que fuera a su reino, y dijo que esa carta decía que le ofrecía a su hija en matrimonio.

Se pone el joven camino al reino, y en dicho camino se tropieza con Eshú y este le pregunta que adonde se dirigía y cuál era la razón de su viaje.

El joven le dice entonces que va para el reino a casarse con la hija del Rey.

Eshú le dice que le muestre la carta y al joven dársela este se da cuenta que realmente aquella carta era una trampa del Rey para que apresaran y mataran al jovenzuelo.

Elegguá cambia lo escrito por el Rey en aquella carta y le dice al joven:

Ahora toma la carta y continúa tu trayecto.

Sigue el joven su camino y se tropieza con Oggún, este también le pregunta hacia dónde va y por qué, y el joven responde que va al reino a casarse con la hija del Rey.

Oggún decide ver la carta y al leerla dice, aquí falta algo y agregó a la carta:

Enseguida que llegue este joven al palacio le será dada a mi hija en matrimonio.

Continúa su camino el joven y llega a palacio, da la carta y todos comienzan en la preparación de la boda.

Los guerreros Eleguá y Oggún siempre guiarán en el camino con justicia

Entonces mandan a buscar al Rey al palacio sin saber este lo que ocurría y en el camino se encontró con Elegguá y Oggún y les pregunta que cuál era el camino más corto para llegar al palacio, y estos les dijeron:

Vaya por este camino y encontrará un río, en él habrá una balsa y pida al hombre que esté en ella que lo cruce, ese será el camino más corto.

El rey se dirigió hacia el río, y allí encuentra al hombre de la balsa y pide a este que le cruce.

Lo que no sabía el Rey era que este hombre en la balsa cumplía una misión que solo abandonaría si otro hombre tomara su puesto y en cuanto el Rey subió a la balsa el hombre se mandó a correr consiguiendo su libertad.

Por otra parte, en el reino se cansaron de esperar al Rey y fue así como el joven contrajo nupcias con la princesa y se proclamó Rey en aquellas tierras.